Entre los días 1 al 4 de mayo recientemente pasados, se llevó a cabo la Junta Nacional del ANE México en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, la misma que fue llevada en forma de retiro espiritual, con el fin de cumplir la misión que marcan nuestros estatutos de “evangelizarnos y evangelizar”.
Se vivieron días de mucha espiritualidad, oración intensa y catequesis, en los que se alternaban las horas de charlas con las horas santas y las celebraciones litúrgicas, de manera que los asistentes pudieron disfrutar de momentos de crecimiento, reconocimiento y comunidad muy vivos.
Tuvimos la suerte de contar con la presencia de dos Monseñores y ocho sacerdotes, todos asesores eclesiásticos de diferentes estados de México, y el último día estuvo el Obispo Auxiliar de Monterrey, Mons. Alfonso Cortés C., quien nos regaló una charla de una hora, en la que pronunció abundantes palabras de elogio para la Obra, y nos instó a continuar con la labor que venimos realizando en su Arquidiócesis y en el mundo...
Fuimos también bendecidos con la presencia del Padre Luciano Ciciarelli, de la Orden de Montfornianos, que nos dio dos charlas, una sobre los escritos de san luís María Grignion de Montfort, y la otra sobre “el amor de Dios manifestado en María Santísima”.
El momento más emotivo, se vivió cuando sin ningún aviso previo, se hizo presente en el salón de charlas, nuestro Padre Fundador, el Padre Renzo, que había llegado de sorpresa. Se desbordó la alegría, los gritos y los saltos de todos. No podíamos creer semejante regalo, y al ver aparecer su figura al fondo del salón, pudimos con placer de hijos revivir tantos sentimientos de ternura, agradecimiento, respeto y cariño sin límites para nuestro querido Fundador.
De igual manera, se presentó sorpresivamente nuestro Sub Director General, David Lago Ancona, que también fue recibido con muchas muestras de alegría y reconocimiento.
La presencia maternal de Catalina nuestra Madre Espiritual, de Francisco Rico Toro, nuestro Director General, y de varios otros oradores, marcaron el nivel y la profundidad de las reflexiones, que hicieron revivir el entusiasmo y la fuerza en los asistentes.
Fue muy hermoso ver el cariño, la fraternidad de los abrazos, las sonrisas, la algarabía durante las horas de comidas, y las risas durante las varias dinámicas que se llevaron a cabo.
Tuvimos también que pasar por la cruz con muchísimo dolor en dos oportunidades.
La primera, cuando se nos comunicó que la delegación de ANE Bolivia, encabezada por Mons. René Fernández Apaza, no llegaría, puesto que les habían sido negadas las visas de ingreso a México, y que los nervios, el estrés y el cansancio de la espera fueron a tal grado, que una de nuestras hermanas, Yolita Marcos, tuvo que ser internada en una clínica. Y el segundo momento, fue el aviso de que a nuestros hermanos de ANE El Salvador, que ya arribaron a la ciudad de México, también se les negó el ingreso, por lo que fueron deportados a su país desde el mismo aeropuerto. Nos quedamos con el corazón estrujado, puesto que conocíamos los sacrificios, el entusiasmo y el deseo de tantos hermanos, que veían desaparecer la posibilidad no solamente de estar con nosotros en el encuentro, sino además de todo, visitar a nuestra Madre Celestial en su casita del Tepeyac. De veras sentimos en el alma la frustración de los bolivianos, y la angustia y el desasosiego de los salvadoreños. Dios los bendiga a todos.
Para todos estos muy queridos hermanos, va nuestro más cálido abrazo, y les pedimos que abran sus corazones a Cristo, y le ofrezcan ese dolor, en reparación por tantas ofensas y vejámenes contra su Sagrado Corazón. Nuestro amado Jesús verá muy pronto la forma de compensarlos a todos, como solo Él sabe hacerlo, con el ciento por uno.
Retornando al encuentro, los 106 representantes de ANE México, todos cabezas de ministerios y miembros de los concejos locales, pudimos comprobar el crecimiento de la Obra en México, la solidez de nuestra estructura organizativa, el crecimiento espiritual de cada miembro, y el avance de nuestros ministerios enmarcados en la Pastoral Social.
En números posteriores, les estaremos enviando copias de las charlas, los testimonios que nos están llegando de parte de los asistentes, y también las fotografías y películas que se tomaron durante el evento.
Demos pues gracias a Dios por esta Obra maravillosa a la que nos ha llamado, y con fe y esperanza gritemos al viento: ¡VIVA EL ANE! ¡VIVA CRISTO REY!
Se vivieron días de mucha espiritualidad, oración intensa y catequesis, en los que se alternaban las horas de charlas con las horas santas y las celebraciones litúrgicas, de manera que los asistentes pudieron disfrutar de momentos de crecimiento, reconocimiento y comunidad muy vivos.
Tuvimos la suerte de contar con la presencia de dos Monseñores y ocho sacerdotes, todos asesores eclesiásticos de diferentes estados de México, y el último día estuvo el Obispo Auxiliar de Monterrey, Mons. Alfonso Cortés C., quien nos regaló una charla de una hora, en la que pronunció abundantes palabras de elogio para la Obra, y nos instó a continuar con la labor que venimos realizando en su Arquidiócesis y en el mundo...
Fuimos también bendecidos con la presencia del Padre Luciano Ciciarelli, de la Orden de Montfornianos, que nos dio dos charlas, una sobre los escritos de san luís María Grignion de Montfort, y la otra sobre “el amor de Dios manifestado en María Santísima”.
El momento más emotivo, se vivió cuando sin ningún aviso previo, se hizo presente en el salón de charlas, nuestro Padre Fundador, el Padre Renzo, que había llegado de sorpresa. Se desbordó la alegría, los gritos y los saltos de todos. No podíamos creer semejante regalo, y al ver aparecer su figura al fondo del salón, pudimos con placer de hijos revivir tantos sentimientos de ternura, agradecimiento, respeto y cariño sin límites para nuestro querido Fundador.
De igual manera, se presentó sorpresivamente nuestro Sub Director General, David Lago Ancona, que también fue recibido con muchas muestras de alegría y reconocimiento.
La presencia maternal de Catalina nuestra Madre Espiritual, de Francisco Rico Toro, nuestro Director General, y de varios otros oradores, marcaron el nivel y la profundidad de las reflexiones, que hicieron revivir el entusiasmo y la fuerza en los asistentes.
Fue muy hermoso ver el cariño, la fraternidad de los abrazos, las sonrisas, la algarabía durante las horas de comidas, y las risas durante las varias dinámicas que se llevaron a cabo.
Tuvimos también que pasar por la cruz con muchísimo dolor en dos oportunidades.
La primera, cuando se nos comunicó que la delegación de ANE Bolivia, encabezada por Mons. René Fernández Apaza, no llegaría, puesto que les habían sido negadas las visas de ingreso a México, y que los nervios, el estrés y el cansancio de la espera fueron a tal grado, que una de nuestras hermanas, Yolita Marcos, tuvo que ser internada en una clínica. Y el segundo momento, fue el aviso de que a nuestros hermanos de ANE El Salvador, que ya arribaron a la ciudad de México, también se les negó el ingreso, por lo que fueron deportados a su país desde el mismo aeropuerto. Nos quedamos con el corazón estrujado, puesto que conocíamos los sacrificios, el entusiasmo y el deseo de tantos hermanos, que veían desaparecer la posibilidad no solamente de estar con nosotros en el encuentro, sino además de todo, visitar a nuestra Madre Celestial en su casita del Tepeyac. De veras sentimos en el alma la frustración de los bolivianos, y la angustia y el desasosiego de los salvadoreños. Dios los bendiga a todos.
Para todos estos muy queridos hermanos, va nuestro más cálido abrazo, y les pedimos que abran sus corazones a Cristo, y le ofrezcan ese dolor, en reparación por tantas ofensas y vejámenes contra su Sagrado Corazón. Nuestro amado Jesús verá muy pronto la forma de compensarlos a todos, como solo Él sabe hacerlo, con el ciento por uno.
Retornando al encuentro, los 106 representantes de ANE México, todos cabezas de ministerios y miembros de los concejos locales, pudimos comprobar el crecimiento de la Obra en México, la solidez de nuestra estructura organizativa, el crecimiento espiritual de cada miembro, y el avance de nuestros ministerios enmarcados en la Pastoral Social.
En números posteriores, les estaremos enviando copias de las charlas, los testimonios que nos están llegando de parte de los asistentes, y también las fotografías y películas que se tomaron durante el evento.
Demos pues gracias a Dios por esta Obra maravillosa a la que nos ha llamado, y con fe y esperanza gritemos al viento: ¡VIVA EL ANE! ¡VIVA CRISTO REY!
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