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viernes, 23 de mayo de 2008

Festejos de Corpus Christi en Bolivia

Miles de fieles católicos de Bolivia renovaron su fe en Cristo y oraron por la paz y la unidad del país, durante la celebración de Corpus Christi. En Santa Cruz y El Alto las celebraciones fueron multitudinarias y conmovedoras, mientras que en La Paz, la Eucaristía estuvo marcada por la sobriedad y la presencia de las autoridades del gobierno. En Santa Cruz, alrededor de 40 mil personas se reunieron ayer en el estadio Ramón Tahuichi Aguilera para pedir paz para Bolivia y renovar su fe católica, en el marco de la festividad de Corpus Christi (Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo). Otros miles de feligreses no pudieron ingresar al predio y participaron desde afuera a través de una pantalla gigante. La celebración, presida por el cardenal Julio Terrazas, se inició a las 17:00. En el centro del campo de celebración, como símbolo del Santísimo Cuerpo de Cristo, se presentaba un gigantesco Pan, y alrededor unos 800 jóvenes de distintos colegios, al son de cantos de alabanza, realizaban coreografías que adornaban el césped. La homilía del Cardenal, emocionó a los presentes y a cada mensaje de unidad y paz que enunciaba, era aplaudido, manifestando de esa manera los fieles su alegría por la presencia del Señor en esta conmemoración. Fiesta en El Alto En El Alto, la celebración se desarrolló en el estadio ubicado en la zona de "Cosmos 79", donde unos 5 mil jóvenes de todas las zonas se reunieron para acompañar la oración de la Iglesia Católica en la primera celebración de estas características que se realiza en la urbe alteña. En La Paz, la procesión del "Cuerpo de Cristo" estuvo marcada por la presencia del vicepresidente Álvaro García Linera y varias autoridades del Poder Ejecutivo, en un momento en el que las parroquias de todo el país hacían la misma profesión de fe, abogando por la verdadera unidad y la paz del país.

jueves, 22 de mayo de 2008

Este es mi cuerpo...

Este es mi cuerpo”, fueron las palabras que pronunció Jesús en la Última Cena al consagrar el pan, y encargó a todos sus seguidores, que celebremos esa Cena a lo largo de los tiempos, cuando dijo: “Hagan esto en conmemoración mía”.
El encargo de nuestro Salvador, debe ser visto en toda su dimensión por quienes pretendemos hacernos seguidores suyo, por nosotros, que queremos llevar el Evangelio a todas partes, y por ello tomamos el camino de evangelizarnos y evangelizar a los demás.
El Cuerpo y la Sangre de Cristo, presente en una Hostia Consagrada, constituye pues el alimento espiritual por excelencia. Al recibir a Cristo en nosotros, gozamos de la más grande intimidad con Aquel que dio su vida para salvarnos, y da su cuerpo para alimentarnos. Es el maná, el pan bajado del cielo, es el amor hecho pan, que incesantemente se reparte entre los hombres, sin otro interés, que el de encontrar amor.
Ojalá pudiéramos nosotros llegar a comprender el privilegio que gozamos al asistir a la Santa Misa, y presenciar “en vivo y en directo” los hechos del Calvario de hace 20 siglos, y ser conscientes de que es el mismo Dios que creó el universo el que de abaja hasta nuestra diminuta dimensión, encerrando todo su ser en un pedazo de pan.
Y que no solo hace eso, sino que nos permite la posibilidad de reconocerlo, de mirarlo de frente cuando el sacerdote lo presenta al pueblo diciendo: “Este es Cristo, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”, mientras frente a Él, muchas personas corren a abrazarse socialmente con parientes y amigos, olvidando para qué fueron a esa misa.
Ojalá que pudiéramos hacer comprender a nuestros hermanos, la oportunidad que se nos regala al recibir la Santa Comunión, de tener una intimidad tan grande, de poder hablar cara a cara, de sentir en nuestro corazón su Corazón latiendo lleno de amor y de gracias… que dejamos perderse por no tener conciencia de lo que recibimos en ese pedacito de pan.
Todos sabemos, que la Hostia Consagrada no es otra cosa que el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. Lo aprendemos apenas comenzamos a prepararnos para nuestra Primera Comunión, pero, ¿hacemos carne, vivimos de verdad esa realidad?
El signo distintivo entre una persona que cree y una que no, se evidencia con claridad en las actitudes, y resulta muy penoso asistir a la celebración de la Santa Misa, y ver cómo muchas de las personas que asisten, actúan con absoluta indiferencia ante quien tienen al frente.
Madres que comentan chistecitos a los oídos de sus hijas, o que hacen gala de su ternura maternal peinando o acariciándoles el cabello, jovencitos y jovencitas mirando a los demás asistentes de los bancos de atrás, en fin, mil cosas por las que se demuestra indiferencia total hacia las maravillas que están sucediendo a pocos pasos en el altar, cuando no es el aburrimiento y las miradas al reloj, o peor aún, los jueguitos en el celular.
Somos suficientes, unos tenemos fortuna, posición social, gozamos del respeto y la admiración de los que nos rodean, otros más pequeños, nos empeñamos en mostrar a los primeros, que tenemos más de lo que realmente gozamos, otros nos dedicamos a exhibirnos ante los demás, a mostrar nuestras figuras que un día serán patéticas y envejecidas o nuestras ropas que mañana serán trapos en la basura, ah, pero eso sí, nos olvidamos que desde esa Hostia Consagrada, a solo unos metros de nuestra fortuna, nuestro rostro o nuestra moda, nos mira lleno de tristeza aquel que un día nos creó lleno de esperanza y amor, aquel que en un acto increíble de ternura suplicó antes de morir: “perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Corpus Christi, Cuerpo de Cristo, Herencia Divina, Regalo inconmensurable, Amor hecho pan, Cordero de Dios, Víctima propiciatoria de nuestros pecados. Perdónanos, porque a pesar de tanto tiempo, de tanta ciencia, de tanta guerra y tanto espanto, unos no sabemos lo que hacemos, y otros... ¡nos lo hemos olvidado!.

martes, 20 de mayo de 2008

Comunicación Oficial para ANE Bolivia

Pese a que esta nota tenía como destimatarios a los miembros de ANE Bolivia, por la importancia de las reflexiones de nuestro Director General y su aplicación práctica que nos enseña a ver siempre todo lo bueno y lo malo bajo la luz del Evangelio, publicamos la Comunicación Oficial.

Comunicación Oficial de la Dirección General

“Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.” (Mt 5,16)

Paz y Bien a todos mis hermanos de ANE-Bolivia, un saludo cordial en el Señor.

He querido hacer un breve paréntesis en mis actividades cotidianas para escribirles un poco, y así compartir con ustedes algunas palabras que, espero en Dios Nuestro Señor, puedan ser de Gloria para Él y de alguna utilidad para nosotros, en este camino por el cual peregrinamos.

Quiero referirme, en primer lugar, a la “tristeza” que sentimos todos, en medio del 6º Encuentro Nacional de ANE-México, realizado en Monterrey, por no poder contar con la presencia de algunos de ustedes que, Dios sabe con cuánto esfuerzo e ilusión, se habían preparado para acompañarnos allí.

Me ha tomado un tiempo el poder discernir la misteriosa voluntad del Señor, que permitió que las cosas sucedieran de ese modo. He revisado, críticamente, lo que pudo haberse hecho mal; pero al unir la reflexión sobre este suceso, con el análisis sobre la deportación de la que fueron objeto nuestros hermanos coordinadores de ANE-El Salvador, el panorama se hizo más claro ante mis ojos.

Quizás no sea del conocimiento de todos ustedes –y por eso me detengo un momento a hablarles de ello- que nuestros hermanos que coordinan el trabajo del ANE en ese país centroamericano habían conseguido, con el apoyo gentil y decidido de su Obispo, Monseñor Favio Colindres, la donación de dos pasajes para concurrir al Encuentro del ANE en Monterrey: uno de la Embajada de China en San Salvador y el otro de la línea aérea TACA (Transportes Aéreos del Continente Americano), en la cual finalmente viajaron hasta el Distrito Federal.

De ese modo, los esposos Julio y Regina Portillo pudieron sortear la dificultad económica que se les presentaba de inicio para poder asistir a dicho encuentro; pero habiendo llegado ya al aeropuerto internacional de la Ciudad de México, al tomar conocimiento de que estaban concurriendo a un encuentro católico, las autoridades migratorias mexicanas les impidieron continuar el viaje, remitiéndolos, custodiados, a una sala en la que debían esperar hasta la salida del próximo vuelo para retornar de inmediato a su país.

Es difícil ponerse en el lugar de ellos y tratar de imaginar la desazón que habrán sentido, quizás un tanto similar a la que experimentaron algunos de ustedes (sentados todo el día en la acera de la Embajada Mexicana en La Paz, a la espera de una autorización que finalmente no salió); pero agravada, en este caso, por la dificultad que significa estar en un país extraño, en un aeropuerto desconocido, enfrentados directamente con la autoridad de quienes detentan en ese momento un poder real sobre su destino y les manifiestan franca hostilidad...

En ambos casos, los trataron de “mentirosos”, alegaron que la concurrencia a un evento religioso no era lo mismo que hacer turismo y les negaron la posibilidad de participar de ese encuentro; en ambos casos, el motivo fue el mismo, ¡GLORIA A DIOS!: Sufrieron persecución por causa del Evangelio.

Si toman debida nota de lo que les he escrito en el tercer párrafo de esta carta, se darán cuenta de que apunté la palabra “tristeza” entre comillas, porque la verdad es que, inmediatamente caí en cuenta de lo que estaba sucediendo, me llené de gozo en el Señor, pero era una inexplicable “complacencia” que, naturalmente, no podía compartir con nadie en aquel momento, y es que, sin proponérselo, mis hermanos del ANE se estaban haciendo partícipes de una bienaventuranza:



“Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. –dice el Señor: Bienaventurados ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así persiguieron a los profetas que vivieron antes de ustedes.” (Mt 5,10-12)

No he querido que esta comunicación fuese sólo para los quince hermanos de la comitiva que venía presidida por nuestro muy querido y venerado Monseñor René Fernández, porque siento la necesidad de que todos los hermanos de ANE-Bolivia puedan sacar el debido provecho de su vivencia, y de la experiencia de nuestros hermanos que coordinan el ANE en El Salvador.

He sabido, por los correos recibidos a lo largo de este tiempo, que a quienes les tocó dar testimonio en esta dura prueba, han podido sobrellevar la frustración del viaje con la entereza que Jesucristo nos ha enseñado. Dios querrá que, en Su tiempo, podamos estar juntos y glorificarle en un próximo encuentro.

También he podido pensar, a lo largo de estos días, que si Nuestro Señor permitió que algunos de los principales dirigentes de esta Su Obra en Bolivia sufrieran en primera persona la persecución, fue para prepararlos y fortalecerlos, pues bien conocemos la dificultad de las horas que se avecinan en nuestra querida Patria.

El Señor quiere que seamos la sal de la tierra y la luz del mundo, y que esa luz brille entre los hombres (Cfr. Mt 5,13-16). Bolivia necesitará la luz de la Esperanza para poder peregrinar a través del túnel por el cual sus líderes políticos la están haciendo transitar, y será muy necesario que USTEDES asuman la responsabilidad de consolar a Su pueblo y fortalecerlo por medio de la oración y el ejemplo.

Quiero aprovechar esta comunicación para comentarles que Monseñor Cristóbal Bialasik, nuestro querido Obispo de Oruro, había sido también invitado a acompañarnos en el Encuentro de Monterrey. Como bien saben, al ser polaco él no habría tenido necesidad de visa para ingresar a México. Sin embargo, puso en oración su asistencia, y pocos días antes del viaje, al retornar de la Asamblea de Obispos realizada en Cochabamba, en la cual se analizó la situación del país, me dijo en conversación telefónica, palabras más o menos, lo siguiente: “Dios sabe con qué gusto iría con ustedes, pero al hacerlo tendría que estar ausente de mi Diócesis justo el 4 de mayo, que será un momento muy difícil para Bolivia, y no puedo abandonar al rebaño que el Señor me ha confiado en esos delicados momentos...”

Sé que no hubiera sido necesario, por la alta estima que sentimos todos hacia él, y por el pleno conocimiento que tenemos de su abnegada dedicación y su celoso amor pastoral, que les comentara yo este asunto, pero dado que este es un mensaje testimonial en su conjunto, lo traigo a colación como un ejemplo del liderazgo apostólico que el Señor quiere que ejerzamos también nosotros, de la mano de aquellos a quienes Él ha puesto para que nos guíen.

No tengo más que decirles por ahora, muy queridos hermanos míos. Si el Señor me lo permite, estaré entre ustedes en el mes de julio. Mientras tanto, reciban un fraternal abrazo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María, y mantengámonos unidos en la oración, para que el Señor nos fortalezca siempre.

Con inmenso cariño:

Francisco

lunes, 19 de mayo de 2008

Testimonio sobre la Divina Providencia

Queridos todos:
Déjenme compartirles que tan fuerte es la jaculatoria que reza Paty en el rosario de "virgen María ata a mis hijos a tu corazón inmaculado"
El día de ayer, enriquillo me trajo a la chamba porque iba a necesitar el carro para ir a una entrevista. El caso es que el mueble no traía gasolina y cuando me dejó le di para que cargara gasolina.
Ya saben cómo son los huercos, así que se le hizo que todavía traía gasolina (una raya arriba del tanque vacío) y no cargó.
Como Paty estaba haciendo una presentación para el día del maestro, a Enriquillo le tocó recoger al Pipe de la escuela. Obviamente cuando venía llegando a colinas de San Jerónimo, prácticamente iba con los puros gases del tanque, así que se paró en la gasolinera que estaba en insurgentes para cargar con el dinero que le había dado desde en la mañana.
Cuando terminó de cargar la gasolina, se escucho la balacera que todo mundo escuchamos en las noticias más tarde. Enriquillo y el Pipe estuvieron como a 50 metros de la balacera. El se fue por atrás de la colonia para no tomar insurgentes.
Queridos hermanos, si mi hijo no se hubiera parado a cargar gasolina, les hubiera tocado todos los choques de los autos y la balacera, por lo que estamos muy agradecidos con nuestra madre que los cubrió con su manto y nuestro Señor Jesucristo los cubrió con su preciosísima sangre para que no les pasara nada.
Por favor les pido que en sus oraciones personales agradezcan a nuestra madre y nuestro señor Jesucristo su protección a mis hijos y les pidamos que protejan a todas nuestras familias de este mal que nos está aquejando.
Dios los bendiga.
C.P. Enrique Galdeano Estrello

Reflexionando con La Gran Cruzada

Un aporte de nuestra querida hermana Betty Rodrigo, a la catequesis enviada la semana pasada.
Gracias, y por favor, sigan apoyando al boletín con sus aportes. Es la mejor manera de compartir nuestro crecimiento y nuestra conversión.

El amor de Cristo se nos da gratuitamente, y es para compartirlo con todos nuestros hermanos.

Reflexionando con la Gran Cruzada:

CM 115 […] “En este día en que se preparan para (...) Pentecostés, está bien llevar el pensamiento a aquellos amados Apóstoles que, sin sospechar nada, continuaban su vida de antes como si Yo hubiese pasado entre ellos sin cambiar radicalmente su futuro. Pensar que de golpe pasarían el día fúlgido de Pentecostés es un error. Entonces mírenlos pensativos y mediten que Yo haré otro tanto con ustedes, si aceptan verdaderamente Mi promesa.
Vendrá el Espíritu al haber tenido la Luz. La obra del Padre fue enviarme a esta tierra: Mi obra fue redimir; la obra del Espíritu sublimar. Esta última obra está en acto y cesará cuando todos estén salvados; es decir, todos aquellos que quieran ser salvos. Pero antes, suban Conmigo al Cielo, antes mediten cuánto los amo, hagan una oración ante Mi Sagrario y luego El Espíritu se derramará sobre ustedes.”
Bien,
En días pasados gracias a Dios tuve la oportunidad de estar en el Retiro Anual de nuestro Apostolado (ANE), y en la bienvenida el Señor nos pidió algo, que creo es necesario hacerlo extensivo a ustedes, sobre todo ahora que hemos vivido la Fiesta de Pentecostés el domingo pasado...
A través de Catia nos envío este mensaje: "Pido que todos se confiesen, acudan al Sacramento de la Reconciliación, Quiero derramar mi Espíritu Santo abundantemente sobre ustedes, pero no puedo hacerlo si se encuentran manchados"...
Muchos quizá se habían preparado para el retiro, otros tantos no, por las carreras, el trabajo, las prisas del viaje, en fin!... Pero Jesús sabe bien por qué nos lo pedía... Y El nunca se equivoca jamás!....
Cuando leí este mensaje, el día de ayer en Mi Casita de Oración, me sorprendí, porque realmente viví lo que El nos promete en este mensaje... lo que El promete lo cumple! y soy testigo! no solo por esta ocasión sino por otras tantas que se me han presentado en la vida. Y todo para mayor Gloria de Dios!
Es por eso que les pido que esto que Jesús nos pidió al inicio del retiro lo tomen como un mensaje personal para cada uno de ustedes, analicen cada uno su vida, y como nos instruyeron en el retiro, muchas veces confesamos el pecado pero no todas sus agravantes, me voy a tratar de explicar mejor.
En ocasiones pecamos deliberadamente, sabiendo que es pecado, que estamos faltando a algun mandamiento, sin embargo sabiéndolo conscientemente lo hacemos y nos justificamos diciendo bueno, al fin al rato, o mañana o en una semana me confieso, esto hace aun mas grave el pecado, y nos dijo Catia esos pecados no se perdonan, porque no los hemos confesado bien.... quizá ya no nos acordamos de las veces que hicimos esto, pero confesémoslo de todas maneras y pidamos perdón por ello, explicándole al Padre que aunque no recordamos las veces que lo hicimos nos arrepentimos y nos damos cuenta de que obramos mal y no queremos volverlo a hacer.
Bien les pido que lo hagan porque yo viví, en esos días lo que el Señor nos promete al decirnos:
Pero antes, suban Conmigo al Cielo, antes mediten cuánto los amo, hagan una oración ante Mi Sagrario y luego El Espíritu se derramará sobre ustedes.
Primero necesitamos confesarnos, hagan un examen de conciencia, pidan al Sacerdote les ayude a confesarse, "No tengan miedo", como decía nuestro querido Juan Pablo II, Dios es Amor, y hace fiesta cuando nos reconciliamos con EL!...
Y luego acudamos al Sagrario, oren ante el Señor, alábenlo, denle gracias por todo lo que nos permite vivir, por todo lo que permite en nuestras vidas, Adórenlo en la Sagrada Eucaristía!.... y verán que el Espíritu Santo los toma y los inunda de Su Amor...
Es Su promesa!... lo que promete lo cumple porque solo El tiene el poder de hacerlo!!!!
Reciban un fuerte abrazo en los S.S. C.C. de Jesús y María!
Betty Rodrigo

Carta a Samuel

Una historia verídica que nos hace repensar lo que significa la vida, el éxito, lo normal, el amor, etc.
Abril 01 de 2008
Samuel:
Me entere de tu existencia cuándo recibí una llamada del ginecólogo de tu mama para comentarme el caso: es un embarazo gemelar, uno de los bebes esta normal, y el otro bebe, desde la semana 12 ya tiene el diagnostico de que no se le formaron sus riñones ni sus pulmones; casi no tiene liquido amniótico, ya son casi de termino, el primer gemelo ya pesa casi 3 kilos y el segundo pesa menos de 1 Kg . Esperaremos a que inicie trabajo de parto, el gemelo normal esta en posición de salir primero, y luego recibimos al pequeñito.
Conocí a tus papás unos días después, cuándo me visitaron a consulta prenatal. Son una pareja joven, ya son padres, de tu hermanita que tiene unos 2 años. Tu mama me dijo: ya se que la ciencia dice que uno de mis gemelos esta con malformaciones y no tiene posibilidades de vivir, pero yo creo en los milagros, así que de ninguna manera yo pierdo toda esperanza. Queremos, me dijeron tus papás, que se haga todo lo posible por sacarlo adelante, que tenga todas las oportunidades que se le puedan ofrecer. Estará malformado, pero tiene padres y familia. La madurez y fortaleza de tus papás es muy grande. Me dijeron que si ya habiendo nacido, nos dábamos cuenta de que no podrías sobrevivir, tampoco querían que te hiciéramos sufrir, solo pedían que fueras tratado con respeto y si morías, lo hicieras en los brazos de tus padres. Gente de mucho temple.
El viernes 14 de marzo de 2008, me avisaron que tu mamá ya estaba en trabajo de parto. Llegamos a recibir primero a tu hermanito Gabriel, nació por parto normal, fuerte y sano, lloró inmediatamente. Todos esperamos a que nacieras tú. Asomaste tu cabecita y naciste fácilmente. Eras pequeñito, pesaste 850 gramos . Tu carita muy afilada como de porcelana. Se veían unos quistes en el cordón umbilical que fueron los que impidieron la circulación y generaron las malformaciones. Tus piernitas estaban deformadas por la falta de líquido amniótico. Te coloque el monitor y traté de administrarte oxigeno. Escuché con el estetoscopio: nada, y el oxigeno de tu sangre bajando rápidamente. Realizabas movimientos del tórax tratando de meter aire, pero no había pulmones que lo recibieran. Tu papá estaba a tu lado, y entro tu abuelita con el agua bendita. Vamos a bautizarlo: tu papá mojó tu frente con el agua bendita: yo te bautizo con el nombre de SAMUEL en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, amén.
Te llevé entonces con tu mamá. Ella te tomó en sus brazos y te llenó de besos. Tu papá estuvo junto a ella, y pidió que le pusiéramos también en sus brazos a tu hermano Gabriel: Mira Gabriel, este es tu hermano Samuel, y aquí estamos los cuatro juntos en este momento. Gabriel se fue al cunero y te quedaste en los brazos de tus papás, mientras, ellos te llenaron de amor diciendo con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada: hijo, te queremos mucho, siempre te recordaremos, estarás en todo momento en nuestros corazones, tu hermanita, tu hermano, y nosotros tus papás te queremos y siempre formarás parte de nuestra familia. Ve en paz hijo, vas a un mejor lugar, ahí te espera tu abuelito y tu tio, que te recibirán con alegría, desde ahí junto con ellos cuidarás de nosotros y ahí nos esperarás. Y así siguieron, confortándote y ayudándote a bien morir. Homero el ginecólogo terminó de atender a tu mamá y paso a tocarte y compartir tu momento. Todavía estabas vivo y de vez en cuándo hacías algún movimiento de automatismo. Señor, dijo tu mamá, te ofrezco a mi hijo, así como tu ofreciste al tuyo por nosotros. Recíbelo en tu seno padre, dijo tu papá, tu sabes mucho mejor que nosotros porque suceden las cosas, y las aceptamos, y te ofrecemos a este angelito, que lleve todo nuestro amor hasta ti Señor. Entonces, con un semblante de paz, tu pequeño cuerpo finalmente descansó en los brazos de tu madre.
Mi querido Samuel: Estuviste vivo 39 minutos, y en esos minutos, tocaste y trasformaste más vidas que las que otros logran en toda una larga vida. Tienes unos padres que son unos espíritus muy especiales, llenos de fortaleza y amor, que nos dieron a todos un ejemplo invaluable. Tuve la fortuna de estar contigo todos tus 39 minutos de vida. Tu corta vida hizo que se expresara la fuerza de amor de una forma total y completa, ese amor que viene de Dios y vuelve a El, y es lo que le da sentido a la existencia. Gracias desde el fondo de mi corazón por tan grande lección, pequeño angelito. Tu alma ya está con Dios.
Dra. Estela Flores, Monterrey N.L.

Jolanta ha muerto

Fuente: Fluvium.org
Autor: Remedios Falaguera
No conocía nada de la vida de Irena Sendler (Otwock, 15 de febrero de 1910, Varsovia, 12 de mayo de 2008), hasta que hace no mucho tiempo un amigo me envió un PowerPoint sobre esta maravillosa mujer.
La vida de Irena Sendler, la madre de los niños del Holocausto, es sin duda un ejemplo de humildad y de coraje digno de admiración y respeto.
Esta mujer valiente –que no se reconocía una heroína porque, según decía, "podría haber hecho más, y este lamento me seguirá hasta el día en que yo muera"–, arriesgó su vida durante la ocupación nazi para salvar la vida a más de dos mil quinientos niños judíos. Gracias a su estatus de enfermera se las ingenió para rescatar a los niños del gueto judío de Varsovia en cubos de basura, en ataúdes, con supuestas enfermedades contagiosas como el tifus,… y los repartía por familias y conventos católicos de Europa. Para llevar el control y al acabar la guerra, poder devolverles a sus autenticas familias, Irena escondía los nombres de los niños y la identidad de sus nuevos padres en botes de conserva, que luego enterraba bajo un manzano frente a los barracones de los alemanes cercanos a su casa.
Torturada por la GESTAPO, ella nunca reveló el paradero de los niños. Cuentan que lo único que le mantenía con vida en esa situación fue una estampita ajada de Jesús Misericordioso con la leyenda: "Jesús, en vos confío"; la conservó consigo hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II. Y seguramente el rostro del Señor lo veía en las caritas de esos niños hambrientos y asustados.
Ella siempre prefirió mantenerse en el anonimato, porque como decía: "Yo no hice nada especial, sólo hice lo que debía, nada más".
Pero años más tarde, gracias al trabajo de investigación de unos jóvenes estudiantes norteamericanos, su historia apareció en los periódicos. Al ver su foto muchos de esos niños reconocieron a Jolanta y no tardaron en ponerse en contacto con ella para decirle: "Recuerdo tu cara… soy uno de esos niños, te debo mi vida, mi futuro y quisiera verte…".
Hoy, sin duda, Jolanta habrá sido recibida con miles de besos a las puertas del cielo. Cientos de padres y madres le habrán abierto las puertas de par en par por haber salvado la vida de sus hijos arriesgando la suya propia.
Y seguramente todos ellos junto a Jolanta , hoy, también toman prestadas las palabras de Juan Pablo II en su saludo a los participantes del 60° aniversario de la insurrección de Varsovia : "Pido a Dios que, con su gracia, haga cada vez más noble el corazón de todos los polacos, para que el recuerdo de las gestas heroicas de nuestros antepasados no sea sólo una evocación de la historia remota, sino también un ejemplo estimulante de amor a la patria que, incluso en tiempos de paz, se exprese poniendo el bien común por encima de los intereses personales".

Videos Provida: Película "Dinero con sangre"